Gestión del cambio: clave en la transformación digital

Acompañar a los equipos en la necesaria transformación cultural es uno de los retos fundamentales para conseguir evolucionar con éxito cualquier organización.

Los cambios a menudo generan incertidumbre, inseguridad, miedo e incluso rechazo. Sin duda, hoy las organizaciones viven inmersas en una era de cambio, de reinvención a través de la aplicación de la tecnología digital en todas las áreas de su negocio, desde su propio modelo de negocio, hasta los productos y servicios que produce, cómo los vende, entrega o cómo se comunica con sus clientes y con la sociedad.

 

Transformar la cultura organizativa

No cabe duda que la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, permitiéndonos llegar donde nunca antes habíamos llegado. Pero hay algo que nunca podemos olvidar: la tecnología por sí sola no produce la transformación digital.

La tecnología y las personas son los dos elementos esenciales de esta transformación. Por ello, es necesario cambiar la cultura de la organización para ser capaces de aprovechar todo el potencial de las innovaciones tecnológicas.

 

Los empleados, los líderes

El equipo de trabajo es el mayor activo de una empresa. Es vital que ellos sean no solo parte del cambio, sino quienes lo lideren. Si no conseguimos que los empleados se sumen a la transformación digital, ésta estará avocada al fracaso.

Las personas deben sentir que son una parte vital en ese proceso y sentir que, lejos de perjudicarles, les dotará de más y mejores herramientas para crecer profesionalmente y evolucionar.

 

¿Cómo lo conseguimos?

Gestionar un cambio cultural no es fácil. Es necesario que se implique toda la organización, de arriba abajo, y donde la gestión de las personas y la comunicación interna jugarán un papel importante. Aspectos a tener en cuenta:

  • Transparencia: quizás el peor enemigo de la gestión del cambio sea la una mala comunicación o una falta de transparencia. Los empleados tienen que conocer las decisiones que se han tomado, por qué y cómo les afectarán, así como el papel que jugará cada uno de ellos.
  • Apoyarse en la tecnología: sin olvidar que el verdadero talento son las personas y hay que cuidarlas. Capacitar de forma permanente al equipo para el uso de las nuevas tecnologías.
  • Implicación: hay que implicar a todo el equipo en la transformación digital. Para conseguirlo, es necesario empatizar con cada uno, pedirles su colaboración directa, entender sus dudas y miedos y ser capaces de canalizarlos.
  • Liderazgo: todos deben conocer a quiénes son la cabeza visible de este proceso de cambio, sentirles cerca y con una actitud abierta y positiva. Hay que escoger muy bien los líderes de este cambio, deben ser personas abiertas y que generen confianza.
  • Desarrollo: trabajar el desarrollo de las capacidades y habilidades de cada uno en el nuevo entorno digital. Así facilitamos no solo su adaptación, también la evolución profesional.
  • Compartir los logros: el éxito de la transformación digital es mérito de todo el equipo y así lo deben percibir. Hay que medir y compartir los objetivos conseguidos con toda la plantilla. De esta forma, estarán orgullosos de pertenecer a una organización que es capaz de mejorar cada día.