¿Conflictos laborales en tu organización? Claves para resolverlos

Trabajar en equipo es importante y motivador. Pero, a veces, no podemos evitar que surjan roces y conflictos entre las personas. Lo importante es estar preparados para afrontarlos.

Sabemos que trabajar en equipo es una de las claves del éxito de una empresa. Y, en gran parte, ello se debe a la riqueza y al valor añadido que supone la diversidad y los distintos puntos de vista. Pero, justamente, son esas diferencias y la gran cantidad de tiempo que convivimos en el trabajo lo que a veces puede propiciar que surjan roces y conflictos entre los integrantes del equipo.

En este sentido, los conflictos en el lugar de trabajo son algo natural y así debemos considerarlos. De hecho, uno de los factores clave del trabajo en equipo es la adecuada gestión de los conflictos que se generan entre sus miembros. Frente a estos, lo importante es ejercer un buen liderazgo, capaz de enfrentarlos de manera rápida, efectiva y positiva. Evitando así que se recrudezcan y puedan afectar al resto del grupo de trabajo. Te damos algunas claves para conseguirlo.

 

1. Detecta el conflicto

Puede parecer obvio, pero detectar el conflicto es el primer paso para poder resolverlo. Y no siempre es tan fácil como parece. A veces los propios implicados lo comunican, pero otras no, entonces la tarea de los responsables de equipo y de la comunicación interna para su detección es fundamental.

Incluso puede que el conflicto sea “silencioso” y que lo ponga en evidencia datos objetivos como, por ejemplo, una disminución de la productividad. Debemos estar siempre alerta para detectarlos a tiempo.

 

2. Actúa cuanto antes

Frente al conflicto, la premura es esencial. El tiempo es nuestro mejor aliado para tratar los problemas y evitar que puedan extenderse. Cuanto antes los abordemos, mayores probabilidades de éxito tendremos.

 

3. Escucha a las partes

La libertad para expresar sus necesidades es requisito indispensable. Debemos escuchar a las partes involucradas, creando un clima de transparencia y sinceridad. Cada parte tendrá distintas versiones del conflicto, debemos ser imparciales y tener una visión objetiva. Incluso en ocasiones podemos recurrir a escuchar a personas no implicadas directamente, pero afectadas indirectamente por el mismo.

 

4. Analiza el conflicto

Busca el origen del mismo, determina si es de profesional o personal, a quiénes implica, si se trata de un problema de la organización, de comunicación o de rendimiento… Los motivos pueden ser muchos, es necesario llegar a la raíz del conflicto.

 

5. Diseña un plan de resolución del conflicto

Una vez que tenemos claro quiénes están implicados y la raíz del conflicto, diseñaremos un plan para abordarlo y resolverlo de la manera más rápida y eficaz. Tenemos que tener clara la solución y que esta sea justa, para poder explicárselo a los empleados.

 

6. Encuentra un terreno común con las partes

Es el momento de reunirnos con las partes implicadas conjuntamente para intentar que lleguen a un terreno común. Es importante mantener la calma, una posición optimista y ser diplomáticos. Les haremos ver cómo afecta el conflicto a la empresa y a sus compañeros, así como la importancia de dejar de lado sus desavenencias y respetarse para trabajar por un mismo objetivo y no perjudicar a su grupo.

 

7. Negocia acuerdos

Negociamos con los implicados los acuerdos necesarios para llegar a la solución deseada. Pondremos los acuerdos por escrito, para afianzar el compromiso. Ambas partes acordarán llevar a cabo acciones concretas para cambiar la situación que ha generado el conflicto y se fijarán, si es necesario, las medidas disciplinarias a tomar en caso de repetirse.

 

8. Haz seguimiento

El conflicto no se resuelve con el compromiso y la firma de acuerdo, sino que hay que monitorizar su cumplimiento. Se fijará una reunión futura para analizar ese grado cumplimiento con las partes y ver si el conflicto ha mejorado o es necesario buscar otra solución alternativa.