RGPD: una política de empresa para cumplir con la LOPDGDD

Tras la publicación de la reciente Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derecho Digitales (LOPDGDD) hay algunos aspectos que las empresas tienen que empezar a ajustar para adaptarse a ella como, por ejemplo, cómo crear una política de empresa para cumplir con el derecho a la desconexión digital.

El derecho a la desconexión digital se ha incorporado a la nueva ley para garantizar el tiempo de descanso y el respeto a la intimidad personal y familiar. Además, la legislación indica a las empresas que deberán atenerse a lo establecido en el convenio colectivo o el acuerdo entre empresa y trabajadores.

 

Derechos y convenios

El primer paso de cualquier empresa que quiera regular la desconexión digital de sus empleados es comprobar si en el convenio sectorial o en el de empresa, en caso de existir, hay alguna referencia a esta cuestión. Si no la hay, tendrán que negociar directamente con los representantes de los trabajadores.

No solo se trata de regular hasta qué horas se puede enviar un mensaje de correo electrónico, una llamada o un mensaje instantáneo y esperar una respuesta. También hay que determinar qué pasa los fines de semana o en vacaciones.

Por supuesto, hay que tener en cuenta cómo establecer este derecho para los empleados que muchas veces trabajan desde su casa, ya sea toda la jornada o de forma parcial y que, incluso, en ocasiones, pueden llegar a ser libres de decidir su horario. Esto puede provocar algunas tensiones y problemas de coordinación si no queda claro en qué momento está conectado cuándo está en sus horas de descanso.

Además de establecer una política en la que se regule el derecho a que el empleado esté en lo que podríamos llamar “modo avión”, es imprescindible que los propios cuadros de mando de la empresa, tanto intermedios como superiores se acojan a estas opciones de desconexión.

En bastantes ocasiones, el problema no es recibir un correo del trabajo fuera de horas con una petición, sino que el remitente sea nuestro jefe. Muchos empleados solo por tenerlo en la bandeja se sienten obligados a leerlo e incluso presionados para contestar. Al fin y al cabo, se trata del jefe.

Y esto con medios de comunicación que son asíncronos, es decir, cuando enviamos un correo electrónico o un mensaje instantáneo, no esperamos que nos responda al instante. No es una comunicación directa, como ocurriría con una llamada de teléfono. Aun así, el modelo actual de estar siempre conectados desaconseja que se envíen dichos mensajes o correos fuera de horas, para evitar dichas presiones.

Por último, además de establecer un acuerdo en el marco del convenio o con los representantes de los trabajadores donde todos estos aspectos queden regulados es necesario establecer acciones de formación y sensibilización del personal. No se trata solo de tener el derecho a la desconexión, sino que debemos saber utilizar bien las herramientas digitales que la empresa pone a nuestra disposición.

 

Ejemplos de regulación

A nivel mundial, una de las empresas pioneras en establecer este tipo de políticas fue Volkswagen. Esta organización implantó un bloqueo de acceso al correo del móvil entre las 18.15 y las 07:00 para los teléfonos de empresa. Y esta acción afectaba, sobre todo, a sus cuadros de mando, directivos e intermedios, que eran los que disponían de estos teléfonos.

En España, una de las empresas pioneras fue Axa. Lo recogió en su convenio colectivo, influida tal vez por la legislación francesa que ya incluía el derecho a la desconexión desde 2017, para todas las empresas de más de 50 empleados. En este caso especifica que “los empleados tienen derecho a no ser molestados en su tiempo libre, a no contestar correos o mensajes fuera de horario, salvo causa de fuerza mayor o circunstancias excepcionales”. Ikea o el Banco Santander fueron otras compañías que establecieron este derecho de desconexión digital en 2018. Y aquí hay que tener en cuenta que en el caso de la primera hay empleados que muchas veces también trabajan fines de semana y con rotaciones de plantilla y días libre entre semana.

 

Mejorar la salud laboral

Se trata de un problema de salud laboral en muchos casos. Estar siempre conectados crea dependencia y estrés laboral, algo que sufren el 51 % de los trabajadores según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud Laboral. Y esto es algo que también influye en su productividad. A mayor estrés, a mayor fatiga informática, menos productividad.

Y es un problema más grave a medida que los empleados son más jóvenes. Las estadísticas al respecto afirman que un 36,2 % de los empleados no conseguía desconectar, mientras que en los menores de 25 años el porcentaje sube hasta el 44,4 % según datos de Adecco. Por eso es necesario implantar estas políticas y realizar acciones de formación y buen uso de las herramientas tecnológicas en el trabajo.