Claves para gestionar la incertidumbre

La incertidumbre puede producir miedo, desconcierto y desánimo al sacarnos de nuestra zona de confort. La pregunta es: ¿qué voy a hacer?

La única certeza que tenemos es que el futuro es incierto. Los cambios siempre han existido, pero nos toca vivir un momento en que se suceden cada vez con más celeridad. Por ello, en nuestro día a día destaca una constante: la incertidumbre.

¿Qué es y cómo afrontarla? No es otra cosa que la falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. En el trabajo, como en cualquier otro aspecto de nuestra vida, nos enfrentamos a situaciones de este tipo con frecuencia. No podemos preverlas, pero sí ejercitar herramientas para estar preparados.

  • Liderazgo

Una persona que se angustia o entra en pánico genera el mismo sentimiento en su entorno. Debemos estar preparados para afrontar los momentos de incertidumbre con tranquilidad y confianza, estados que nos ayudarán a encontrar las mejores opciones y soluciones. Además, contagiarán al resto, generando un clima viable para que surjan las ideas.

  • Flexibilidad

Si resulta fundamental trabajar con planificación y una estrategia clara, igual de importante es ser conscientes de que debemos ser flexibles para cambiar el rumbo y adaptarla siempre que sea necesario.

  • Distancia y perspectiva

Ante una situación incierta, lo mejor es tomar distancia y ser capaces de valorarla con perspectiva de miras. Eso nos brindará claridad para contextualizar, entender y definir un problema o una oportunidad.

  • Aprender del error

El error es un elemento clave de la incertidumbre, pues la crea. Tenemos que generar en nuestra empresa una cultura que, lejos de castigar el error, lo integre como una herramienta necesaria para aprender y mejorar.

  • Apertura

Tenemos que ser capaces de romper los criterios tradicionales y las normas que carecen de validez para afrontar los cambios imprevistos o inimaginables hace unos años. Los nuevos entornos requieren estructuras mentales diferentes.

  • Escucha activa

La comunicación, el trabajo en equipo y la colaboración resultan indispensables para generar buenas ideas que ayuden a solventar un problema o aprovechar una oportunidad.

  • Cambio como forma de gestión

Lejos de tener miedo al cambio, las empresas que sobreviven son aquellas que lo integran como una forma de gestión. En definitiva, el cambio no deja de ser un proceso de mejora continua.