La movilidad en las ciudades del futuro

La forma en que nos movemos está cambiando y lo hará de forma acelerada en las próximas décadas. En la conectividad y la apuesta por un transporte activo y compartido están las claves.

En los últimos años hemos podido experimentar de primera mano cómo la forma en que nos movemos en las grandes ciudades está cambiando. Personas a pie, en bicicleta, en patinete, en transporte público sostenible, en coche compartido… son la postal de nuestro día a día. ¿Qué nos depara el futuro?

Ciudades inteligentes

Varias son las razones que nos han llevado a evolucionar la movilidad. Por un lado, como sociedad nos enfrentamos al reto de avanzar hacia una economía baja en emisiones de carbono. Unido a ello, estamos cambiando la forma en que entendemos el consumo y la colaboración. Por último, la tecnología y la digitalización nos permiten llegar donde nunca antes habíamos imaginado.

Pero esta evolución no ha hecho más que empezar. Las ciudades seguirán creciendo: en 2050 dos tercios de la población vivirá en ellas. Eso significa más de 6.000 millones de personas moviéndose en megaciudades, el doble que ahora, con los inconvenientes de tráfico y contaminación que esto supondrá. Por esta razón, hoy más que nunca se requieren modelos de ciudades inteligentes, con movilidad sostenible y multimodal, seguras y libres de accidentes.

Movilidad conectada

Asistimos a una revolución vertiginosa en movilidad, por lo que no sabemos exactamente qué nos depara el futuro. Lo que sí conocemos es que las opciones de movilidad irán cambiando y quizás sean muy diferentes a aquellas a las que hoy estamos acostumbrados.

Sabemos que la solución a la congestión y al tráfico desbordado vendrá de la mano de la conectividad total: todos los medios de transporte deberán estar perfectamente conectados entre sí. Es decir, se creará un sistema de tráfico inteligente que coordine los diferentes medios de transporte, las restricciones al segundo, los billetes inteligentes, etc. Todo ello se traducirá también en mayor seguridad y menos accidentes.

 

Transporte electrificado y multimodal

A la tendencia a la electrificación del transporte se unen otras como la movilidad activa. Ir a pie, en bicicleta, en patinete… será cada vez más habitual. Lo mismo que el uso de vehículos de dos ruedas, como las e-scooters, y los vehículos eléctricos ligeros y pequeños de dos, tres y cuatro ruedas.

Otra de las claves está en el uso de un transporte público eficiente y conectado, así como EN el uso de vehículos eléctricos compartidos, disminuyendo de esta forma el número de vehículos en la ciudad.

Otra tendencia es vivir en la periferia de las ciudades. En estos casos, el transporte eléctrico autónomo se puede consolidar como una buena opción para acercarnos a los puntos del transporte público o compartido.

 

Los tres modelos McKinsey

Según un informe publicado por la consultora McKinsey, la clave para lograr una reducción del 90 % del tráfico en la ciudad, con un 50 % menos de emisiones de CO2 y con solo un 10 % de los accidentes de circulación actuales, está en adoptar uno de los tres modelos de movilidad urbana (en función del estado de desarrollo de las ciudades, nivel socioeconómico y densidad de población):

  • Modelo 1. Transporte compartido y limpio: para ciudades altamente pobladas de zonas en desarrollo con rentas bajas. Por ejemplo, Mumbai.
  • Modelo 2. Transporte Autónomo Privado: para ciudades dispersas con alto nivel de ingresos en zonas desarrolladas. Por ejemplo, Los Ángeles.
  • Modelo 3. Movilidad total: supone un mayor cambio y se podría producir en ciudades densamente pobladas de países desarrollados con rentas altas. Por ejemplo, Londres.